Salimos de Llanos del Hospital pisando nieve por una larga y suave pista de fondo, sin preocuparnos de ninguna otra cosa que no fuera la de hacer los kilómetros que nos separaban de la Basurta, lugar donde empiezan las fuertes rampas hasta alcanzar la Reenclusa, terreno ideal para recordar cuantas veces he venido por la zona y darme cuenta de que siempre ha sido al Aneto, en invierno y con esquís, excepto la primera vez que fué andando, también al mismo monte y al Pico del Alba, es decir de un extremo a otro de las crestas.
La Maladeta que está junto a un sinfín de cimas, tenía ganas de ascenderla desde hacia mucho tiempo, pero no había conseguido convencer a nadie para que me acompañara. Por fin Leo se animó y realizó una ascensión perfecta con raquetas. De esta ascensión guardamos un grato recuerdo, las fotos son sólo un reflejo de color, difícil de trasmitir con palabras. Una estancia confortable en la Renclusa, nieve dura pero sin hielo en la que agarraba bien el piolet, con la compañía de varios grupos de alpinistas (en esta ocasión no todos iban al Aneto), la Canal de la Rímaya perfecta con su escalón bien hecho, sin viento en la cima, un descenso directo y vertiginoso hacia el refugio, en fin, un día perfecto, en los que quedan ganas de repetir.
Saliendo de Llanos del Hospital
Desde la Basurta ya se ve la Maladeta
Llegando a la Renclusa
La canal de la Rimaya
En la cima con Leo y el Aneto al fondo
Asegurando bien el descenso
momentos de relax junto al refugio
Final de un precioso día de montaña