Una ascensión de la que tanto había oido hablar y recomendada por los que la conocían, por ser una clásica de gran belleza, realmente lo es.
Una Vía que siempre queriamos realizar, pero por una u otra razón no lo habiamos intentado. Este año a primeros de agosto, un fin de semana con buen pronóstico meteorológico, todo se puso a favor para ascender.
Aconsejaban madrugar ya que es una Vía muy frecuentada, y así lo hicimos para ir delante de posibles cordadas. Nos pusimos en marcha muy temprano, por las duras pendientes que rodean el lago, por una senda bien definida que sube al Paso de el Gato, atravesamos el nevero que este año parece mas un glaciar (con grietas incluidas), alcanzamos el collado después de una breve trepada, sin rastro de otras cordadas que pudieran "pisarnos los talones" durante el trayecto.
Escalamos solos una Vía que dicen que es una de las aristas más bonitas del Pirineo, lo hemos podido comprobar. Con una roca espléndida, un recorrido lógico, dificultad moderada y un final aéreo de llegada a la cima, este conjunto de características le dan su merecida fama.
Sólo al final de la escalada y llegando a la cima, pudimos ver la silueta de un guía con clientes que venían detrás a cierta distancia, dandónos así una perspectiva de la parte final de la Arista.
La niebla nos acompañará durante el comienzo del recorrido
Amanece y podemos apreciar el paisaje que nos rodea
El nevero este año parece un glaciar y es la primera dificultad de la ascensión
Ya en el collado se aprecian unos largos de buena roca que tenemos por delante
En el trayecto final, la Arista se convierte en un recorrido aéreo y fácil
La cima, unos llegan y otros bajan de contemplar el paisaje tan singular
Al fondo el Pico Néouvielle con su pequeño "glaciar" y la arista que le une
con el Pico de los Tres Consejeros, visto desde este punto y a esta hora
todo cambia de color, el esfuerzo ha merecido la pena, se siente la sensación
agradable de haber realizado una ascensión largo tiempo deseada.
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